Científicas con una dilatada trayectoria profesional visibilizan durante esta jornada la realiad de este colectivo. Esto sucede en el marco de la celebración del Día Mundial de la Mujer y la Niña en Ciencia (11 febrero). Según los últimos datos de la Universidad Española en Cifras (UEC), hay menos mujeres que hombres en carreras STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics).
Ya que mientras que en la matrícula universitaria total las mujeres representan el 55%, en las carreras STEM apenas llegan al 32%.
En el caso de las matemáticas en 2018/2019 la matrícula de las mujeres en esta disciplina era del 42%, casi la mitad, pero en primer curso sólo representan el 36%.
Lo mismo sucede en el doble grado de Matemáticas y Física, en el que solo el 19% de matriculadas son mujeres. Frente a estos datos, la Fundación Gadea ha confrontado la opinión de una de sus consejeras, M.ª Jesús Carro, catedrática de Análisis Matemático y Matemática Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, con una de sus alumnas, Laura Sánchez-Pascual.
M.ª Jesús Carro: “La idea de desarrollar políticas específicas para fomentar el acceso de la mujer me asusta”
“En la carrera de matemáticas está habiendo una bajada bastante pronunciada en el número de alumnas en las aulas. En mi opinión, este cambio de tendencia se debe a que cada día las empresas reclaman más matemáticos y se ha dejado de visualizar la docencia como la única salida profesional de esta disciplina. El hecho de que una mujer sea directiva de una empresa no se percibe como algo natural, lo que difícilmente conduce a que otras mujeres se sientan atraídas por el mundo empresarial”.
“El esfuerzo del sistema educativo por motivar a las niñas a ejercer profesiones de ciencia no es suficiente. Para mejorarlo necesitamos promover actividades que visibilicen a la mujer sin decirlo expresamente. Por ejemplo, una conferencia en la que, de diez ponentes, siete sean mujeres es más natural que poner títulos que perjudican como ‘La mujer en la Ciencia’”.
“Nunca he tenido que afrontar más dificultades que mis compañeros varones y sinceramente, la idea de desarrollar políticas específicas para fomentar el acceso de la mujer me asusta. Antes me invitaban a dar una conferencia por el interés que suscitaban los resultados de mi investigación, ahora parece que lo hacen porque necesitan mujeres”.
“Siempre quise ser profesora de universidad. Mi propósito a la hora de estudiar matemáticas era intentar resolver algún problema que nadie supiera y mis padres siempre me animaron a llegar al límite de nuestras posibilidades académicamente hablando. Si no encontraba un dato podía buscarlo en la enciclopedia, pero mi motivación era que mi padre me pusiera un problema matemático de la vida real del que no supiera la solución”.
Laura Sánchez-Pascual: “No creo que la política sea la solución para fomentar el acceso de la mujer a puestos científicos, más bien creo que es un tema de concepción social”
“Es cierto que en mi entorno la presencia de mujeres es escasa, pero no me parece menor a cualquier otra época. Probablemente se debe a la mayor participación de la mujer en ámbitos tradicionalmente masculinos, que se han feminizado recientemente, como la política, la economía, la banca o la justicia. El problema es que el esfuerzo del sistema educativo por motivar a los niños a ejercer profesiones de ciencia es casi nulo, independientemente del género. Necesitamos crear y difundir actividades que permitan conocer los ámbitos más interesantes de la ciencia en cualquier entorno, más allá del temario escolar. Para mí la ciencia es útil para la sociedad y un valor seguro para una vida estable en el futuro”.
“No creo que la política sea la solución para fomentar el acceso de la mujer a puestos científicos, las cuotas dificultan la libre competencia y ponen en tela de juicio la validez real de los aspirantes a un puesto. Lo que debe cambiar es la concepción social. Si comparo mi situación actual con los inicios de mi profesora, creo que hoy en día hay más dificultades para terminar el doctorado y ejercer como científico y, en el caso de conseguirlo, la estabilidad se alcanza mucho más tarde. Esto se debe al descenso de la inversión en ciencia y a la escasa consolidación de la carrera, pero confío en llegar a ser profesora de investigación y poder compaginarlo con la investigación de las áreas matemáticas que realmente me apasionen”.
Sin embargo, en el campo de ciencias de la salud, la brecha no es tan evidente y las mujeres suelen ser las claras protagonistas. Así lo confirman M.ª Ángela Nieto, doctora en Bioquímica y Biología Molecular del Instituto de Neurociencias de CSIC-UMH, que recibirá el Premio Nacional de Investigación ‘Santiago Ramón y Cajal’ el próximo 17 de febrero, y Berta López Sánchez, alumna de Nieto durante el posdoctorado y actual directora del laboratorio de Plasticidad Fenotípica en Melanoma en la Unidad de Neurobiología de este centro.
M.ª Angela Nieto: “Tenemos que aumentar el número de mujeres en puestos de decisión, primero porque es lo justo y después, porque nos lo merecemos”
“La brecha entre las aspiraciones y la realidad de las profesiones es mucho mayor en las mujeres que en los hombres, porque las niñas piensan que no son capaces de estudiar ciertas carreras o tener determinadas profesiones, lo que se conoce como dream gap en inglés. Tenemos que luchar contra este prejuicio y decir alto y claro que las niñas, como los niños, pueden conseguir lo que se propongan”.
“La motivación por las profesiones de ciencia no solo tiene que impulsarse desde los colegios, también hay que hacerlo desde la familia y los medios de comunicación. Hay ejemplos muy claros de cómo se reparten los roles desde muy pequeños y tenemos que visibilizar que un ordenador también puede ser un buen regalo para una niña. Yo siempre quise ser científica, no sé muy bien por qué, pero me atraía más el juego de química que las muñecas”.
“No soy consciente de haber tenido que afrontar más dificultades que mis compañeros varones por ser mujer, aunque también es cierto que no he tenido hijos y hay que considerar que uno de los principales problemas es el abandono de la carrera investigadora en el momento de la maternidad. Coincide con los años en los que hay que forjarse un futuro y no hay facilidades”.
“Es cierto que estamos mejor que hace años, pero no es suficiente en absoluto. Tenemos que aumentar el número de mujeres en puestos de decisión, primero porque es lo justo y después, porque nos lo merecemos. No podemos perder o minusvalorar el talento del 50% de la población. Datos como el descenso de mujeres en profesiones STEM son alarmantes, sobre todo teniendo en cuenta que las nuevas profesiones y puestos de trabajo para los próximos años van a estar encaminadas en esa dirección. Corremos un gran riesgo de masculinizar aún más la sociedad”.
Berta López Sánchez: “el denominado techo de cristal no solo ocurre en ciencia, sino que se produce en muchas áreas”
“Diversos estudios demuestran que a edades temprana no existen diferencias entre niños y niñas, por ejemplo, en cuanto a las habilidades matemáticas. Es en la adolescencia cuando el rendimiento de ellos es mayor que el de ellas, que están influenciadas por la amenaza de los estereotipos y la baja confianza en sí mismas. Todo ello, provoca que a la hora de elegir una carrera duden de sus habilidades en los campos STEM y opten por otras disciplinas”.
“El sistema educativo debería combatir los estereotipos de género, por ejemplo, dando a conocer a referentes femeninos exitosos en matemáticas y ciencias. Pero no solo debe ser el sistema educativo, sino que toda la sociedad debe hacer un esfuerzo para ser consciente de que sigue habiendo muchos estereotipos y de que deben tratar de disminuirlos y de tener mayor cantidad de referentes femeninos positivos. En mi caso, siempre he sentido interés por la medicina, pero más que tratar pacientes y curarlos, necesitaba entender cómo se producía la enfermedad y los procesos que alteran a las personas sanas. Por eso me decidí por la investigación del cáncer y por entender los mecanismos que subyacen a su desarrollo y progresión”.
“El denominado techo de cristal se produce en muchas áreas, incluyendo la ciencia. Para que la progresión de la mujer en la carrera científica se equipare a la de los hombres, habría que mejorar muchos aspectos. Numerosos estudios muestran que aún existen sesgos positivos hacia investigadores hombres en cuanto a su evaluación curricular, la financiación que se les concede para investigación e incluso se han observado un mayor promedio de citas relativas en su producción científica. Para que esto no se produzca, hay que seguir trabajando a nivel institucional entre otras cosas para que los comités de evaluación sean paritarios y se mejore la la visibilidad de las mujeres científicas”.